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Coalición Nacional Contra el Abuso de Medicamentos Recetados
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Analgésicos (opioides)

Medicamentos comúnmente recetados:

Codeine, OxyContin, Percocet y Vicodin.

¿Cómo se utilizan?

Médicamente, se prescriben como analgésicos, para tratar el dolor. Cuando se abusa, se ingieren o se inyectan. 

¿Cuáles son sus efectos a corto plazo?

Alivio del dolor. En algunas personas, los analgésicos recetados también causan euforia o sentimientos de bienestar al afectar las regiones del cerebro que median el placer. Por eso se abusa de ellos. Otros efectos incluyen somnolencia, estreñimiento y respiración lenta. Tomar una gran dosis única de analgésicos recetados puede provocar una depresión respiratoria grave que puede provocar la muerte. El uso de analgésicos recetados con otras sustancias que deprimen el sistema nervioso central, como alcohol, antihistamínicos, barbitúricos, benzodiazepinas o anestésicos generales, aumenta el riesgo de depresión respiratoria potencialmente mortal.

¿Cuáles son sus efectos a largo plazo?

Tomados exactamente según lo prescrito, los analgésicos pueden controlar el dolor de manera eficaz. Pero el uso o abuso crónico de opioides puede resultar en dependencia física y adicción. La dependencia significa que el cuerpo se adapta a la presencia del fármaco y se producen síntomas de abstinencia si se reduce o se suspende el uso. Los síntomas de abstinencia incluyen inquietud, dolor muscular y óseo, insomnio, diarrea, vómitos y sofocos con piel de gallina (“pavo frío”). La tolerancia a los efectos de las drogas también ocurre con el uso a largo plazo, por lo que los usuarios deben tomar dosis mas altas para lograr efectos iguales o similares a los experimentados inicialmente. La adicción es un trastorno crónico y recurrente que se caracteriza por la búsqueda y el uso compulsivo de drogas. 

Sedantes y tranquilizantes

 

Medicamentos comúnmente recetados:

Mebaral, Quaaludes, Xanax y Valium (benzodiazepinas), Nembutal.

¿Qué son los sedantes y tranquilizantes recetados?

Los sedantes y tranquilizantes recetados actúan como depresores del sistema nervioso central. Los barbitúricos son sedantes recetados o “pastillas para dormir” y las benzodiazepinas son “tranquilizantes” recetados.

¿Cómo se utilizan?

Legalmente, los barbitúricos se recetan por médicos para la ansiedad aguda, la tensión y los trastornos del sueño. Las benzodiazepinas se recetan para la ansiedad, las reacciones agudas de estrés y los ataques de pánico. Cuando se abusa, se ingieren o se inyectan.

¿Cuáles son sus efectos a corto plazo?

Los sedantes y tranquilizantes recetados pueden causar euforia. También ralentizan la función normal del cerebro, lo que puede resultar en dificultad para hablar, respiración superficial, lentitud, fatiga, desorientación y falta de coordinación o pupilas dilatadas. Durante los primeros días de tomar un sedante o tranquilizante recetado, una persona generalmente se siente somnolienta y descordinada, pero a medida que el cuerpo se acostumbra a los efectos de la droga, estos sentimientos comienzan a desaparecer. Las dosis más altas causan deterioro de la memoria, el juicio y la coordinación, irritabilidad, paranoia e ideas suicidas. Algunas personas experimentan una reacción paradójica a estos medicamentos y pueden volverse agitadas o agresivas. El uso de sedantes y tranquilizantes recetados con otras sustancias, especialmente alcohol, puede ralentizar la respiración o ralentizar tanto el corazón como la respiración y posiblemente provocar la muerte.

¿Cuáles son sus efectos a largo plazo?

El uso continuo puede provocar dependencia física y, cuando el uso se reduce o se detiene abruptamente, pueden aparecer síntomas de abstinencia. Debido a que todos los sedantes y tranquilizantes con receta funcionan ralentizando la actividad del cerebro, cuando una persona deja de tomarlos, puede producirse un efecto rebote, que posiblemente provoque convulsiones y otras consecuencias dañinas. También puede producirse tolerancia a los efectos del fármaco, lo que significa que se necesitan dosis mayores para lograr efectos similares a los experimentados inicialmente. Esto puede llevar a los usuarios a tomar dosis más altas y correr el riesgo de sufrir una sobredosis. La adicción también puede ocurrir, lo que significa que los usuarios continúan tomando estas drogas a pesar de sus consecuencias dañinas.

Estimulantes

Medicamentos comúnmente recetados:

Adderall, Dexedrine, Ritalin.

¿Qué son los estimulantes?

Los estimulantes son una clase de medicamentos que mejoran la actividad cerebral. Históricamente, los médicos prescribían estimulantes para tratar el asma, la obesidad, los trastornos neurológicos y varias otras dolencias antes de que se hiciera evidente su potencial de abuso y adicción.

¿Cómo se utilizan?

Actualmente, se recetan médicamente solo para algunas afecciones de salud, incluida la narcolepsia, el trastorno por déficit de atención con hiperactividad y el tratamiento a corto plazo de la obesidad. Cuando se abusa, se pueden tragar y / o inyectar.

¿Cuáles son sus efectos a corto plazo?

Los estimulantes aumentan la cantidad de norepinefrina y dopamina en el cerebro, lo que aumenta la presión arterial y la frecuencia cardíaca, contrae los vasos sanguíneos, aumenta la glucosa en sangre y aumenta la respiración. Los efectos pueden sentirse como un mayor estado de alerta, atención y energía, junto con una sensación de euforia.

¿Cuáles son sus efectos a largo plazo?

Los estimulantes pueden ser adictivos en el sentido de que las personas comienzan a usarlos compulsivamente. Tomar dosis altas de algunos estimulantes repetidamente durante un período corto de tiempo puede provocar sentimientos de hostilidad o paranoia. Además, tomar altas dosis de estimulantes puede resultar en temperaturas corporales peligrosamente altas y latidos cardíacos irregulares. También existe la posibilidad de insuficiencia cardiovascular (ataque cardíaco) o convulsiones letales.